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V. ARTÍCULOS DIVERSOS SOBRE CONTABILIDAD DE GESTIÓN

Indice

 

 

 

CONTABILIDAD  DE  GESTION  COMO  CONTROL  DE  TRANSPARENCIA  EN  LAS  ENTIDADES  DE  CRÉDITO

 

Antonio Marín Bustos

(Diario Cinco Días: 18 de Julio de 1995)

 

 

       Una Entidad de Crédito dinámica y bien dirigida presta a la sociedad un servicio público importante. Por el contrario, si no lo es, resulta con toda probabilidad menos rentable y, a su vez, una amenaza para la economía de la comunidad a la que sirve.

 

       Por otro lado, la sociedad se interesa por los esfuerzos que realizan las Entidades de Crédito, no sólo por la maximización del beneficio que ha de repartir entre sus accionistas, sino también por los productos prestados y la calidad de los mismos.

 

       Ambas circunstancias justifican el por qué toda Entidad de Crédito debe dar constan­te­mente pruebas de imaginación y agresividad frente a sus competidores.  En los últimos años, la competencia bancaria ha adquirido un cariz tan agresivo como el de otros sectores profesionales, y no se ve signo alguno que haga prever un descenso de esta tendencia.  Esta, con toda certeza, se intensificará, pues las necesidades de la clientela y las expectati­vas de los inverso­res continuarán creciendo.

 

       Esta competencia agresiva entre las Entidades de Crédito, ha acentuado en los clientes el deseo de nuevos productos y de una mejor calidad.

 

       Para lograr con éxito los objetivos hacia los que implícitamente se dirigen los productos afecta­dos, es necesario que los directivos estén interesados personalmente por todas las facetas que integran el negocio bancario, pero siempre con espíritu de empresario. La Contabili­dad de Gestión constituye un instrumento esencial para conseguir los objetivos propugna­dos, tal como se recoge en el Documento nº 9 de la Comisión de Principios de Contabili­dad de Gestión de AECA, y en particular la Contabilidad Analítica, integrada dentro de aquella.

 

       Para justificar la necesidad de una Contabilidad Analítica o de costes en el negocio bancario, es conveniente conocer el alcance de la misma, formulando la pregunta de si con este instrumento se puede ganar dinero. La respuesta es, sin duda, afirmativa, siempre que conlleve ­un control de los costes y productos de la explotación.

 

Actuales deficiencias a resolver

 

       Aun cuando la Contabilidad Financiera implantada suele hacer grandes prestaciones de carácter analítico, la Contabilidad Analítica a desarrollar debe servir de comple­mento de la anterior superando las carencias de la primera.

 

       Estas deficiencias pueden enumerarse de la forma siguiente:

 

            a)   No opera con aplicaciones informáticas de base.

            b)  Efectúa tratamientos globales o centrales.

            c)   No responde a actuaciones políticas.

            d)  No reconoce acciones motivadoras.

            e)   No considera resultados potenciales.

 

       Frente a estas deficiencias, los objetivos de la Contabilidad Analítica se orientan hacia:

 

            a)   Reclasificar el resultado externo atendiendo a los centros, sujetos reales de las transac­cio­nes, y de acuerdo con las reglas de reparto o atribución que se establez­can.

            b)  Incorporar aquellos costes e ingresos de naturaleza interna que pudieran interesar y así fuera decidido.

            c)   Planificar y controlar los costes, comparando las cifras presupuestadas con las efectivamente realizadas por cada clase y nivel a considerar. Esta comparación conducirá a un análisis de las diferencias presentadas y a la elaboración de un catálogo de medidas a adoptar.

 

       Para lograr el fin propugnado será necesario, por otra parte, establecer:

 

            1) Acuerdos previos sobre criterios de imputación interna de costes comunes, ingresos conjuntos, etc,

            2) Proceso de los acuerdos a los que se pudiera llegar, con lo que el sistema funciona­ría de forma objetiva y estable en tanto en cuanto no se cambiase.

            3) La representación contable interna (automáticamente, con carácter mensual, y en base a los datos de la contabilidad externa y de los criterios de reparto acorda­dos), que pueda expresar adecuadamente los datos que se requieren, estructura­dos por centros, líneas de servicio, productos, clientes, etc.

 

Pautas y orientaciones de mejora en la contabilidad interna

 

        Sin ánimo de exhaustividad, a continuación se exponen algunas reflexiones y pautas de mejora en este contexto:

 

        1º) Operaciones de Tesorería:

 

        El negocio de las Entidades de Crédito se genera en las sucursales, ya que son éstas las encargadas de tomar o prestar fondos a la clientela.  No obstante, con objeto de optimizar la gestión de los activos y pasivos de toda la Organización, las Entidades de Crédito disponen de núcleos centralizados (Mesas de Tesorería) , que acuden al exterior para satisfacer las necesidades o colocar los excedentes que se producen en la red de sucursales, tratando de maximizar los beneficios que se derivan para la organiza­ción.

 

        Con objeto de no distorsionar los flujos que se producen, las corrientes que se originan entre estas sucursales deben registrarse a través de la Contabilidad Analítica.  A título orientativo podrían citarse los siguientes procesos:

 

         a)   Operaciones de compra-venta de activos financieros (Cesiones temporales o ventas en firme).

         b)  Operaciones de compra-venta de billetes y divisas.

         c)   Operaciones de cobertura en mercados de futuros, opciones y otros derivados (Coberturas técnicas o específicas).

 

        2º) Coeficientes obligatorios:

 

        Es conveniente partir de la premisa de que cada sucursal es una Entidad de Crédito independiente, y que por tanto hay que extrapolarle las exigencias que impone la Autoridad Monetaria.

 

        Para conseguir este objetivo es preciso considerar, a través de la Contabilidad Analítica, los ajustes necesarios de recursos y empleos, de forma que incorpore a nivel individual el efecto de los coeficientes obligatorios del sistema bancario y que opere con saldos de balance equilibrados, con la correspondiente transferencia de fondos de uno y otro signo.

 

        También sería conveniente asignar a cada sucursal la contribución que se efectúa al Fondo de Garantía de Depósitos, tomando como base los mismos parámetros exigibles a nivel de entidad financiera.

 

        3º) Inmovilizado:

 

        Normalmente, el control y gestión de estos activos (Edifi­cios, Mobiliario, Instalacio­nes, etc.) suele estar concen­trado en un Departamento Central, por lo que las sucursales no recogen a través de la Contabilidad Externa ningún coste vía amortiza­ción.  Sin embargo, pueden existir sucursales que utilicen o dispongan de activos alquilados, por lo que el coste lo soportarán por esta vía.

 

        Con objeto de compensar este efecto, parece conveniente transferir a las sucursales que disponen de inmovilizado propio el coste correspondiente a la amortización.

 

        De forma paralela e independiente, se efectuará una asigna­ción de recursos propios a cada una de estas sucursales, cuyo importe puede estar en función de los activos transfe­ridos y de coeficientes selectivos definidos por el Banco de España para la determinación de los recursos propios necesarios.

 

        4º) Gastos comunes:

 

        Son los compartidos por varias sucursales o departamentos, pudiendo repartirse proporcio­nalmente al producto de los metros cuadrados de superficie utilizada por el número de empleados adscritos a cada sucursal o departamento.

 

        Entre otros, los gastos que se pueden encontrar en circunstancias de reparto son: a) Manteni­miento de inmuebles. b) Mantenimiento de instalaciones. c) Electricidad. d) Combusti­bles. e) Agua. f) Teléfono. g) Primas de seguro.

 

        5º) Facturación de servicios entre sucursales:

 

        Sería necesario implantar un sistema de costes estándares que permitiera realizar esta función.

 

        Con la implantación de este sistema se podrá determinar, en fases posteriores, la eficiencia técnica de las sucursales, la rentabilidad neta de las líneas de servicio, y la contri­bución neta al beneficio de nuestros clientes.

 

        6º) Intermediarios financieros:

 

        Se habrían de repartir entre las oficinas de la red comercial, los saldos de las cuentas mutuas centralizadas, así como sus rendimientos y costes correspondientes.

 

        El criterio de reparto podría estar relacionado con las cifras que presenten los capítulos de Inversión crediticia y de Acreedores.

 

        7º) Empréstitos:

 

        Se habrían de repartir entre la red comercial proporcionalmente a los recursos propios, calculados con los mismos criterios que se exponen en el apartado correspondiente al inmovili­zado.

 

        8º) Aportaciones a Planes de pensiones:

 

        Se deberían atribuir a sus Centros de Gestión, con los mismos criterios que se exigen a nivel global.

 

        9º) Incentivos políticos:

 

        En ocasiones, puede ser conveniente establecer derramas a la red comercial, cuya finalidad es culminar con éxito una determinada campaña establecida por la enti­dad. A título de ejemplo, podemos citar la participación de las sucursales en la colocación de emisiones de empréstitos propios.

 

        La aplicación de medidas de este tipo es una decisión que requiere un análisis profundo de las consecuencias que producirán estos repartos, ya que se generarán unos resul­tados que no producen flujos reales.

 

        10º) Acciones motivadoras:

 

        Se engloban en este apartado aquellos repartos que tienen por objeto la colocación de productos emitidos por empresas del grupo (Planes de pensiones, Fondos de inversión, etc.), y que por tanto adolecen de los mismos inconvenientes reseñados en el punto anterior.

 

        11º) Resultados potenciales:

 

        Se incluyen en este concepto aquellos resultados que, de acuerdo con la normativa vigente para las entidades de crédito, no pueden asentarse como resultados definitivos y que por motivos de gestión se estima conveniente recoger­.

 

        En base a las consideraciones anteriores se deberá lograr:

 

            a)   Fomentar una toma de conciencia en materia de costes.

            b)  Analizar objetivamente las retribuciones salariales.

            c)   Evaluar la cobertura de costes de una prestación.

            d)  Expresar umbrales de rentabilidad.

            e)   Fijar tarifas.

 

        Para recoger esta información con una mecánica contable es necesario adjudicar a cada transacción una referencia que identifique, en todos sus aspectos, el hecho económico que se pretende registrar contablemente.

 

        Con estas transacciones se formará una gran base de datos que permitirá dar respuesta a interrogantes de las siguientes características:

 

            -  ¿Qué unidad estructural contribuye a cada uno de los márgenes del beneficio?

            -  ¿Qué producto contribuye a cada una de las partes componentes del beneficio?.

            -  ¿Qué clientes contribuyen a la formación del beneficio?.

 

        Este modelo, aun cuando parece sencillo y plausible por su lógica, plantea en su realización unas exigencias ciertamente elevadas, a saber:

 

            -  Tener en cuenta todas las interdependencias, particularmen­te numerosas en la empresa bancaria.

            -  Altas capacidades informáticas.

            -  Requerimientos especiales a los directivos.

 

        Por otro lado, al demandar información, se deberá ser consciente de que no son siempre exactos los costes y productos imputados, dado que se definen en base a decisiones más o menos plausibles (aunque sin llegar a la arbitrariedad), por lo que se deberá considerar dicha información en su justa medida.

 

        Finalmente, conviene aconsejar que la implantación de este proceso se efectúe de forma gradual, por lo que desde su inicio se debería considerar abierto, pudiéndose alcanzar con ello más fácilmente el éxito final perseguido.