LA
GESTION MEDIOAMBIENTAL
Y EL
EJECUTIVO
Jose Francisco Elorriaga Ancín
(Boletín
AECA nº 32 - 2º Cuatrimestre 1993)
No se ha concienciado suficientemente a los actuales directivos de las
empresas para gestionar las variables medioambientales que tienen importancia en
su compañía y tampoco se ha conseguido que la sociedad ejerza una fuerte
demanda en todos los aspectos del entorno medioambiental para provocar la reacción
de las empresas para satisfacerla.
Solamente aquellas compañías que han tenido algún "susto"
procedente de las autoridades medioambientales o de sus clientes con capacidad
de exigir productos fabricados con cuidado al medio ambiente han efectuado una
modificación significativa de sus operaciones para responder a lo exigido y así
evitar la repetición de las sanciones, multas, cierres, etc., o poder seguir
suministrando los nuevos pedidos cursados por sus poderosos clientes.
Tampoco
quiero ser pesimista y dejaré un cierto lugar de honor para aquéllos que
voluntariamente se han acomodado a la normativa vigente y, desde luego, pueden
considerarse absolutamente meritorios a los que además de pagar el coste de la
adquisición a la normativa han sabido sacar de todo ello una ventaja
competitiva importante por medio de la gestión de las oportunidades ecológicas
haciendo uso de ellas de una manera sincera, oportuna y rápida.
El panorama medioambiental nacional viene enturbiado por la crisis económica
que sirve de panacea para justificar verdades y muchas otras ineficacias que
encajan dentro del desánimo general y apetencia por arrinconar la gestión
medioambiental como si de un lujo se tratara, y con ello se acepta que es
materia que puede dejarse hasta que lo realmente importante se resuelva.
En estas líneas sólo pretendo contribuir a la formación de los
ejecutivos para que sean conscientes de lo que realmente significa la gestión
medioambiental y favorecer una reacción proactiva para no tener que soportar
las pérdidas que pueden producirse. Como
decía un profesor de mi universidad: "Las pérdidas pueden proceder del
lucro cesante o del daño emergente", y ambas formas de perder están
perfectamente reflejadas en la actual actitud inoperante de tantas empresas en
las que se habla mucho del medio ambiente, pero se hace muy poco.
La gestión medioambiental dentro de la empresa está enfocada a la
organización, control y funcionamiento de las variables medioambientales que
tienen tanta singularidad e importancia como cualquier otra área sometida a la
responsabilidad de la gestión por parte del directivo: personal, compras,
tesorería, etc-
Un ejecutivo, un empresario, un directivo, no suelen -porque no deben y
no pueden- permanecer insensibles e inactivos ante problemas y riesgos graves
que amenacen a la empresa y/o ante oportunidades magníficas de obtener
beneficios para su empresa. Actualmente
la respuesta empresarial es pobre ante los retos y las oportunidades ofrecidas
por las variables medioambientales.
Resulta difícil comprender por qué es así. Personalmente creo que hay
poca formación e información creíble en esta materia, ya que siempre que
hemos realizado un sencillo diagnóstico medioambiental y se han puesto de
manifiesto las ventajas y las debilidades del comportamiento medioambiental de
la empresa, la reacción empresarial ha sido rápida y efectiva.
Esta reacción no siempre ha llevado a realizar costosas inversones o
incurrir en gastos fuera de lo aceptable.
En muchos casos se han obtenido beneficios, ventajas económicas y se han
ganado cuotas de mercado. También en ocasiones se ha procedido a la mentalización
y clarificación de la situación. Se han evaluado y sopesado soluciones.
Se ha llegado hasta el Consejo de Administración y, en ocasiones, la
respuesta ha sido actuar, ejecutar y en otras, ha sido asumir, aceptar
conscientemente posponer la acción hasta una ocasión más oportuna, pero en
todos los casos se ha conseguido asegurar que no se pueda, por sorpresa,
aniquilar tantos años de esfuerzos y tantas esperanzas económicas y
profesionales. Al menos, la situación está ahora identificada y la solución
está en camino. En muchos casos,
tener preparada una respuesta de la empresa en estas materias, que sea rápida y
demostrativa, con evidencias certificadas por terceros independientes, puede ser
bastante para acallar tantos ataques injustos que muchas empresas reciben de
diversas fuentes en este área.
Quiero citar brevemente algunos retos y oportunidades que hemos
identificado en el área de gestión medioambiental a través de las actuaciones
de nuestro Departamento de Consultoría específico.
I.
Areas de riesgo
1.
LEGISLACIÓN.
Existente y en vías de adopción. Existe actualmente traspuesta a la
legislación española y, en algunos casos, también desarrollada por algunas
comunidades autónomas, una gran cantidad de piezas legislativas de la CEE.
Se dice, con acierto, que esta legislación es confusa, difusa y profusa.
Sobre todo, hay que considerar que en muchos sectores industriales, las
empresas pueden estar incursas en más de 100 preceptos legislativos en lo que
se refiere a su comportamiento medioambiental.
No debe pensarse que sólo afecta a algunas empresas especiales.
La legislación es rigurosa y también para las PYMES y para muchos
sectores industriales. Hay que
conocer la legislación aplicable y evaluar si se sigue o si no, cuál es el
riesgo que se corre y el coste del cumplimiento.
También existen importantísimas leyes en vías de adopción sobre
cuestiones que afectarán a las decisiones de las empresas en cuanto a productos
a fabricar, equipos, transportes, embalajes, desperdicios, uso de energías,
agua, contaminación atmosférica, ruido, responsabilidad objetiva,
ecoetiquetaje, etc.
2.
RESPONSABILIDAD EMPRESARIAL.
Grande y grave desarrollo de la responsabilidad empresarial
(administradores, ejecutivos, técnicos, personal de base, etc.) se está
materializando en cuestión de daños al medio ambiente y por incumplimientos de
la legislación vigente.
La acción es pública y el libre acceso a la información medioambiental
que dispone la Administración se está consagrando como un derecho cuyo uso
traerá inmedibles consecuencias a muchas mesas de los ejecutivos afectados.
El delito ecológico, las sanciones de hasta 200 millones de pesetas,
cierres totales, parciales, temporales, etc. están siendo cada vez más
frecuentes.
Desafortunadamente, estamos en precario en cuanto al aseguramiento
mediante pólizas de seguro, de una manera efectiva, de la responsabilidad por
la contaminación (restitución, indemnización, etc.) y de los daños
medioambientales y parece que tardarán en estar disponibles estos seguros,
entre otras causas, por falta de demanda por parte de los usuarios.
Cuando en este sentido se analizan las coberturas de seguro existentes en
el extranjero y se asume que, en el mejor de los casos, serán así las pólizas
en su día en nuestro país, puede observarse que se requerirán auditorías
medioambientales serias para conocer y evaluar el riesgo a cubrir y, desde
luego, un cumplimiento de los mínimos legales establecidos y la adopción de
medidas suficientes de prevención, control y seguimiento.
3.
PÉRDIDAS DE MERCADOS.
La constante preferencia, sobre todo de cara a las exportaciones, de
productos adecuados con las exigencias medioambientales está provocando que los
mercados tradicionales sufran convulsiones de magnitudes no conocidas: pleitos
ante tribunales europeos por competencia desleal al practicarse precios que se
consideran inferiores y desleales porque son consecuencia de no cumplir la
normativa medioambiental y no tener por ello los correspondientes costes
incorporados en el producto o servicio. Pérdidas
de ventas por no ser tan ecológicos como los competidores. Pérdida de imagen
por reivindicaciones y acusaciones de terceros, etc.
Otras situaciones complicadas surgen por ayudas oficiales que cada vez se
tienen más difíciles de obtener porque los países extranjeros, ya adaptados,
presionan para que no se favorezca deslealmente a sus competidoras.
Reto de alcanzar las Ecoetiquetas bien sean las nacionales de los países
(y no sólo las de la CEE, como son los casos de Japón y Canadá) sino también
la de la CEE que va a tener tanto apoyo para que el gran público conozca su
significado y decante sus preferencias de compra hacia los productos con este
marchamo.
Muchos clientes están imponiendo nuevas especificaciones de carácter
ecológico a los productos que vienen adquiriendo de sus proveedores, y si no lo
hemos decidido en todos los casos, estamos seguros aparecerá tarde o temprano
en la gran mayoría para provocar la pregunta que el empresario debería hacerse
ahora: ¿Estoy preparado para responder a los requerimientos básicos de carácter
ecológico que mi producto debe cumplir para responder a la inminente demanda de
mi cliente?. ¿Dispongo, al menos, de la información de qué y cuándo lo podré
hacer?.
4.
NUEVAS EXIGENCIAS POR PARTE DE LA BANCA
Aún están los bancos españoles despistados en esta materia pero, como
suele ser frecuente, en cuanto empiece uno lo harán todos y será un requisito
indispensable a la hora de obtener apoyo financiero, vía préstamos o
inversiones, el poder demostrar con una auditoría medioambiental cuál es el
riesgo por incumplimientos ecológicos que se soporta como antecedente necesario
para evaluar los riesgos de recuperación por parte del prestamista o inversor.
No me consta que la banca analice sistemáticamente el valor real de los
terrenos y edificios e instalaciones que tiene como garantía de operaciones
cuando su calidad medioambiental puede afectar gravemente al valor de respaldo
de la operación que garantiza estos actos.
Muchos incobrables en la banca pueden proceder porque, al no ser adecuado
su comportamiento medioambiental, los clientes sufren cierres, sanciones,
necesidades urgentes de financiación o pago de gastos de gestión de residuos,
evitación de daños, etc., que repercuten en la capacidad de devolución del crédito
recibido.
Eso es cuestión de tiempo, y me temo que falta muy poco para que la
banca vea la necesidad de ser rigurosa en la concesión de préstamos e
inversiones también por la parte del comportamiento medioambiental del
solicitante.
5.
INFORMACIÓN MEDIOAMBIENTAL
Cada vez será mayor la demanda de información medioambiental e intentos
de control por parte de sindicatos, trabajadores, ONG's, autoridades de todos
los niveles, asociaciones y público en general.
Esta respuesta hay que saber darla y, para ello, hay que conocerse muy
bien. Hay que ser muy cauto, pero
también sincero. Prudentes, pero
abiertos. Son demasiadas virtudes para una situación de salida tan precaria
muchas veces por parte del ejecutivo, en cuanto al propio conocimiento de su
comportamiento medioambiental.
Esta información deberá también obtenerse mediante una adecuada
contabilidad de gestión y financiera o general, que recoja costes y beneficios
de la actuación medioambiental y por la implantación de sistemas de control
interno de la gestión medioambiental. Todo
ello llevará a que los estados financieros, las cuentas anuales, el informe de
gestión y la memoria anual que preparen las direcciones de las compañías,
recojan y sean sometidas a la auditoría, las informaciones y los ajustes,
asientos y previsiones que sean necesarios para reflejar adecuadamente la
situación de la empresa que puede estar tan afectada por las consecuencias de
sus acciones y omisiones medioambientales-
6.
ADQUISICIONES Y VENTAS DE NEGOCIO
Ya no se concibe una compra o venta de una empresa o de un activo de ella
o negocio que no lleve implícita la realización de una auditoría
medioambiental para identificar los riesgos, responsabilidades y gastos que
significan para el adquiriente de hacerse cargo del activo objeto de la
transacción. Muchos precios de
venta en operaciones de considerable volumen han sido reducidos para recoger el
costo de cumplir con la normativa medioambiental que estaba totalmente
ignorada por el vendedor.
II.
Posibles beneficios
Bien está mencionar todas estas fuentes de daño emergente que pueden
incurrirse si los ejecutivos no están al día en la gestión de estas variables
medioambientales, pero también debemos mencionar los beneficios que pueden
obtenerse, y que si no se aprovecha de ellas se convierten en "lucros
cesantes", como otra forma de perder a la que antes hacíamos referencia.
1.
INCREMENTO CUOTAS DE MERCADO
Se puede, sin excesivo gravamen, llegar a entrar en procesos de mayores
ventas y mejora de clientela porque nuestros productos responden a una normativa
que no va a perjudicar los estudios de cuna a tumba que se pudieran realizar y,
sobre todo, van a responder a las exigencias que nuestros clientes se impongan
de cara a su propio mercado y en general, porque estamos en el lado de los
buenos medioambientalmente hablando.
Ser pioneros en esto puede significar una ventaja competitiva envidiable.
Además hay que pensar que tarde o temprano las normas serán más
rigurosas y se acabarán imponiendo. Las
exigencias no van a pasar como la moda.
El adoptar la normativa medioambiental y un comportamiento proactivo con
ella es una exigencia que antes o después llega y confiar, como hicimos de
pequeños, que el dentista nos mandara a casa porque se había puesto enfermo,
aunque nos doliera la muela, no era realmente más que una deseada infantil
autoengañifa que lamentablemente está siendo la realidad en muchas empresas a
la hora de dar el paso de afrontar la realidad exigida por la normativa
medioambiental.
Hay empresas y sectores que se protegen contra los competidores desleales
(existentes o nuevos) que no están dispuestos a cumplir la normativa
medioambiental.
Hay mercados que evitan la competencia desleal exterior cuando sus
productos proceden de países o empresas que no están cumpliendo la normativa
medioambiental.
2.
NUEVOS PRODUCTOS, NUEVOS SERVICIOS, NUEVOS MERCADOS
Es interesante seguir la pista a la gran cantidad de negocios nuevos y
oportunidades que surgen en todo el mercado como consecuencia de las nuevas
exigencias en materia medioambiental.
Cada empresario tiene que conocer y consultar con expertos cómo podría
maximizar su buen comportamiento medioambiental.
Los productos y servicios, la formación, la consultoría y auditoría,
los análisis, estudios, tecnologías, creaciones, diseños, formatos y
materiales relacionados con el medio ambiente no han hecho más que empezar y ya
se cuentan por millones en Europa los puestos nuevos de trabajo que se han
creado en relación a estas nuevas exigencias. ¿A qué esperamos?.
3.
Nueva imagen y marketing ecologico
Existe un campo inmenso, mal explotado hasta el momento, para avanzar con
grandes ventajas competitivas cuando se diseña y comunica una imagen
medioambiental por parte de una empresa de una manera sincera y profesional.
El marketing ecológico correctamente realizado aún no cuenta con buenos
ejemplos en nuestro país y son pocas las empresas que lo usan adecuadamente.
Creo que lo importante es avanzar en medio ambiente. No es tanto evidenciar lo que hacemos mal o confirmar nuestra
situación, cuanto demostrar un plan de mejora y luego reportar de los logros
conseguidos.
4.
AHORROS Y SUBVENCIONES
Son numerosísimos los casos en que el adecuado comportamiento
medioambiental conlleva una transformación de procedimientos y modos de hacer
que no necesariamente son caros de implantar y de los que se derivan
inmediatamente ahorros importantes en los gastos de la explotación de la
empresa que adopta esos nuevos procedimientos.
Generalmente estos ahorros proceden de:
- Ahorros energéticos, de minimización de residuos, ahorro de gastos
generales, de mantenimiento, gestión de materiales y stocks, tecnologías
limpias de fabricación, distribución y transporte y planes de gestión
medioambiental basados en buenos sistemas de información a la dirección.
- Las subvenciones de todo tipo existentes para el comportamiento
medioambiental de las empresas son mucho más importantes y accesibles que los
castigos y multas impuestas. No se
puede ni creer cuantas veces se quedan sin adjudicar las ayudas oficiales
previstas por falta de interés empresarial en ellas.
5.
TECNOLOGIA DISPONIBLE
Afortunadamente las empresas españolas disponen de acceso a los
profesionales y a las tecnologías más cualificadas para resolver los problemas
medioambientales.
Desde los consultores de gestión, pasando por los gestores de residuos,
ingenieros, abogados, análisis y laboratorios, auditores medioambientales,
hasta los técnicos de toda clase, el empresario tiene a su disposición todos
los medios de conocer su situación, acceder a la información y poder elegir a
su entera satisfacción entre las disponibilidades más modernas y actuales en
este campo para la solución de todos sus problemas medioambientales.
Nuestro departamento de consultoría accede a la red internacional de
Coopers & Lybrand a nivel mundial y muchas de las soluciones inventadas ya
pueden ser adoptadas con toda la garantía que proporciona el saber cómo ha
resultado antes y recientemente en países como Alemania, Holanda o Estados
Unidos. No cabe duda que en este área
estamos a la altura de las circunstancias, pero es triste reconocer que la falta
de un mercado suficientemente despierto para demandar estos productos puede
agotar el surgimiento y seguimiento en muchos consultores y empresas proveedoras
de soluciones medioambientales que se lanzaron al mercado pensando que estaba
maduro.
6.
MEJORA DE LA COMPETITIVIDAD
Es impensable que la calidad que tanto ha costado vender en España pueda
alcanzarse sin encajar perfectamente la dimensión medioambiental en ella.
Con una consideración seria y razonada por la empresa de su
comportamiento medioambiental y una actuación consecuente se pueden alcanzar
cuotas de competitividad realmente adecuadas para enfrentarse al mercado
exterior. Al menos sin ello es
totalmente cierto que la empresa se quedarán fuera en el medio plazo.
Conclusión
Ante los retos y oportunidades analizados, proponemos esta solución: el
ejecutivo tiene que conocer y evaluar la situación medioambiental para la
misma. La técnica que ello implica
es sencilla y no es costosa. Los
diagnósticos y las auditorías medioambientales realizadas por profesionales
con experiencia son perfectamente asumibles dentro de los costes de consultoría
que actualmente se practican en cualquier otra área.
Al fin y al cabo, lo que desde luego es difícil de justificar ante tanto
riesgo y ante tanta oportunidad es que el ejecutivo se quede esperando a que
pase la crisis económica y poder entonces ponerse a pensar en los problemas
medioambientales. Cuando éstos llamen a la puerta puede ser tarde y aunque la
crisis económica haya pasado, tal vez se encuentre con que su ambiente no es
apto para el medio ambiente y dividir cuando se puede multiplicar, si de
beneficios se trata y no se hace, no tiene sentido.
Somos muchos y buenos los que podemos echar una mano en esta
circunstancia.