EL METODO
DE GESTION
DE COSTES
POR ACTIVIDADES
Emma
Castelló Taliani
(Diario
Cinco Días: 27 de Mayo de 1995)
La
Contabilidad de Gestión ha estado sometida a profundos cambios en los últimos
lustros lo que ha originado una renovación profunda de los sistemas de gestión
convencionalmente aplicados por las empresas, los cuales están abandonando la
idea de que la minimización de los costes constituye el eje de la competitividad.
Este cambio se ha debido al hecho de que los productos deben ser competitivos ya
no exclusivamente en términos de costes, sino en relación a factores
cualitativos tales como: calidad, tiempos de respuesta o de suministro de
pedidos a los clientes, etc. Todo ello ha determinado la necesidad de llevar a
cabo, en primer lugar, un replanteamiento de los sistemas de cálculo de costes
y, en segundo lugar, de los sistemas de control vinculados a éstos.
Todos los avances experimentados por la Contabilidad de Gestión, tanto a
nivel conceptual como instrumental, han servido para potenciar concepciones
tales como la relativa al Sistema de Gestión y de Costes basado en las
Actividades (SIGECA).
Una de las cuestiones básicas, o hipótesis de partida, de la que
arranca la filosofía de las actividades es que en las empresas existen un
importante número de actuaciones superfluas, o lo que es lo mismo de derroche,
lo cual viene a determinar la existencia de un importante potencial de mejora,
que se podrá conseguir en tanto se puedan ir reduciendo o ahorrando todas
esas actuaciones superfluas e innecesarias, pero siempre costosas para las
empresas. La condición de superflua en una actuación, o de una actividad, la
determina el hecho -según esta filosofía- de que no genera valor añadido para
el output (bien o servicio) que ofrece la empresa a sus clientes, esto es, son
actividades que no contribuyen a mejorar la calidad del producto de la empresa y
que por lo tanto, al no generar valor y sí generar costes (puesto que son
actividades que en todo caso consumen recursos) se han de eliminar, con el
consiguiente aumento tanto de la rentabilidad como de la competitividad de la
empresa.
A este respecto cabe señalar que existen estimaciones que cifran entre
un 20 y un 40% los costes soportados por las empresas y destinados a actividades
que no generan valor añadido, y cuya realización se puede considerar, a este
respecto, como un derroche o elemento de ineficacia por parte de las empresas.
Realmente, la utilización de un SIGECA adquiere especial relevancia en
un entorno económico tan turbulento y dinámico como el actual, en el que los
responsables empresariales necesitan disponer de una información tal que
les permita tomar decisiones en relación a: combinación de productos, diseño
de productos, procesos tecnológicos, etc, elementos todos ellos vinculados
con la rentabilidad de la organización a nivel global.
Esta información debe emerger de un modelo de análisis de la rentabilidad
con marcado carácter estratégico, que relacione los ingresos generados por la
venta de un producto individual con los factores que ha empleado la empresa para
diseñar, producir, y vender dicho producto. Aunque tradicionalmente se han
confrontado los ingresos con los costes de producción, este procedimiento
viene fallando en muchas ocasiones, dados los cambios sustanciales que se han
producido en los procesos productivos y en la combinación de productos. El
SIGECA viene emergiendo en los últimos años como un sistema de información más
acorde con las características actuales tanto de las actuaciones de la
empresa, como de los productos.
El SIGECA aborda en su concepción una doble perspectiva, por un lado, se centra en el cálculo y control de los costes de las actividades y, por otro lado, en la gestión de las actividades, por lo que la concepción de un sistema de Contabilidad de Gestión centrado en los productos pierde significación, dado que la empresa incurre en costes como consecuencia del acometimiento de una serie de actividades, de las que una parte pueden ir destinadas a la obtención de un producto, o a la prestación de un servicio (véase figura adjunta).
Características de la filosofía de las actividades A)
Controlar y gestionar las actividades, lo que supone centrar la
atención en lo que se hace, más que en lo que se gasta. B)
Analizar las actividades como partes integrantes de un proceso de
negocio y no de forma aislada. C)
Eliminar las actividades que no añaden valor a la organización,
en lugar de mejorar lo que es realmente suprimible. D)
Respaldar, comprometer y buscar el consenso del factor humano
directamente implicado en la ejecución de las actividades, ya que son
ellos los que realmente encuentran posibilidades de mejora y diferenciación
en las actividades que realizan habitualmente. E)
Se debe mantener un objetivo de mejora permanente en el
acometimiento de las actividades, lo que equivale a efectuar la presunción
de que siempre existe una forma de mejorar el desempeño de las
actividades. |
La medición de los costes en el SIGECA
La lógica de las actividades, referida a los aspectos de costes, en
lugar de centrarse en la acumulación de los costes indirectos por centros de
responsabilidad, postula la acumulación de los costes en función de las
actuaciones inherentes a los procesos de obtención de los productos. Bajo una
concepción más amplia se puede afirmar que la lógica de las actividades trata
de subsanar ciertas limitaciones que presentan los modelos convencionales
como, por ejemplo, el hecho de que en dichos modelos suelen ignorarse las
interdependencias funcionales.
Una característica importante del SIGECA es la proyección sustantiva
que aporta al análisis de los costes indirectos al llegar a demostrar que
todos, o una gran proporción de estos costes, son variables, en el supuesto de
que a un plazo más o menos dilatado, los cambios en la complejidad de la
producción, en el diseño y en el mix del producto provocan variaciones en esa
impor-tante categoría de costes, los cuales en muchas empresas representan un
elevado porcentaje. Además, esta perspectiva en la variabilidad de los
costes, se ve reforzada en el SIGECA porque el análisis se proyecta en un
horizonte temporal amplio lo que, en un plano estrictamente conceptual, permite
establecer que casi todos los costes tienden a ser variables.
El SIGECA y la mejora contínua.
Parece claro que una información de costes proyectada sobre las
actividades puede ser fundamental en un entorno de alta tecnología, siendo
muy necesaria esta información de cara a la consecución del necesario proceso
de mejora continua. Para ello, la información habrá de contar con un grado de
detalle lo suficientemente concreto como para servir de apoyo efectivo en los
procesos de adopción de decisiones orientados a alcanzar una mejora continua de
las actuaciones.
Concretamente, la metodología de esta herramienta puede proporcionar a
los decisores una
perspectiva
global dado que capta el coste de las actividades para, posteriormente, asociar
estos costes a nivel de procesos. Se apoya, así, la gestión de los procesos
para alcanzar una mejora continua, puesto que la información de los costes
está compuesta por las actividades que integran dichos procesos; por lo que se
explicitan las relaciones existentes entre el coste de las actividades y las
características de los procesos, pudiendo llegar a disponer de una información
de costes bastante precisa tanto en relación al producto, como a los procesos.
Esta perspectiva transfuncional puede favorecer actuaciones encaminadas,
por ejemplo, a reducir el tiempo de las operaciones -tales como: período de
un ciclo, o tiempo de ajuste-, mediante el rediseño de los procesos, la
reorganización de la maquinaria y de la propia organización, lo que puede
contribuir de manera efectiva a una supresión de actividades innecesarias,
despilfarros, y reprocesamientos.
Concretamente, una reducción del esfuerzo necesario para acometer una
actividad es posible mediante la simplificación de las operaciones, lo cual
conduce a que todo el proceso pueda acometerse de forma mucho más rápida.
Estas últimas decisiones pueden ser enmarcadas dentro de un plan global
conducente a mejorar la calidad, para el cual las mediciones realizadas en un
SIGECA son fundamentales tanto en los aspectos informativos, como en los
relativos al control.
Condiciones que pueden aconsejar su
implantación.
Respecto a las empresas en las que la implantación de un SIGECA podría
resultar más exitosa y rentable, se puede definir como perfil óptimo, aquellas
que presentan las siguientes características: a) Los costes indirectos
representan una parte significativa en la estructura de costes de la empresa. b)
Los costes indirectos se vienen imputando a los productos mediante una base
arbitraria. c) Los costes indirectos no guardan una proporcionalidad respecto
al volumen de producción. d) Existe una gran variedad de productos y de
procesos de producción y, además, los volúmenes de producción varían
sensiblemente. e) La actividad comercial se acomete mediante una gran variedad
de canales de distribución, de mercados, y de clientes lo que induce a acometer
actividades de venta muy diferenciadas.
Centrándonos, en mayor medida, por otra parte, en los aspectos del
reparto de los costes y las condiciones de cumplimiento de la necesaria
proporcionalidad entre los costes consumidos por los productos y los imputados
mediante el correspondiente sistema de costes, debe señalarse que la diversidad
inherente a los procesos productivos actuales puede hacer necesaria la
implantación de un SIGECA, para
evitar las distorsiones que implícitamente incorpora un sistema convencional
de costes.
Se puede resumir, finalmente, que el método de las actividades
determina una innovación en cuanto a la precisión y la flexibilidad con que se
puede llevar a cabo el análisis del coste,
delimitándose la idea de precisión no por el nivel de detalle sino por la
calidad en la representación del funcionamiento de la empresa, y la
consiguiente pertinencia de esta representación para la adopción de
decisiones.