Capítulo
7
CALIDAD E INDUCTORES DEL CRECIMIENTO EMPRESARIAL
Dr.
Oriol Amat Salas
Profesor
Titular de la Universidad Pompeu Fabra
Miembro
de la Junta permanente de la Comisión de Contabilidad de Gestión de
AECA
Introducción
Una
organización es exitosa en la medida en que es eficaz y, por tanto, consigue
sus objetivos. En el caso de las empresas lucrativas es bastante aceptado el
criterio de que los objetivos a maximizar incluyen el crecimiento de las ventas
y los beneficios (Child, 1975). Si se aceptan como válidos estos objetivos, las
empresas exitosas serían aquellas que crecen de forma rentable, es decir
ganando dinero.
El
objetivo de este trabajo es reflexionar sobre algunos de los posibles inductores
del crecimiento rentable de las empresas y su vinculación con la búsqueda de
la calidad total. Para ello, se formularán hipótesis sobre estos inductores.
Se trata de un trabajo preliminar que debería ser continuado con la demostración
empírica de la validez de las hipótesis que se formularán. En cualquier caso,
una parte significativa de estas hipótesis ya han sido demostradas por diversos
trabajos de investigación (ver, por
ejemplo, Houghton y Woodliff, 1987).
Para
identificar las hipótesis se usarán los supuestos en los que se sustenta el
denominado cuadro de mando integral. Esta nueva herramienta está revolucionando
el control de la gestión empresarial en muchos países, sobretodo los
anglosajones y nórdicos, como se pone de manifiesto en la literatura (Olve y
otros, 2000). En España, el CMI también se está aplicando con éxito en todo
tipo de organizaciones, inclusive en las no lucrativas y en el sector público[1].
El cuadro de mando integral (del inglés, Balanced Scorecard), en adelante CMI,
es un instrumento del que aparecen las primeras formulaciones a principios de
los noventa (Kaplan y Norton, 1992) y del que a finales de los noventa se formuló
el modelo completo con diversas aplicaciones a organizaciones privadas y públicas
de diversos sectores de la economía (Kaplan y Norton, 1997).
De
acuerdo con el objetivo principal, en este trabajo se examina si las hipótesis
que subyacen el cuadro de mando integral se cumplen en el caso de las empresas
que más crecen. Para ello se utilizan datos incluidos en un estudio reciente
sobre las denominadas empresas gacela en Cataluña (Hernández y otros, 1999).
En dicho estudio, se ha considerado como empresas gacela a las que durante los años
1995, 1996 y 1997 tuvieron un crecimiento igual o superior al 15% anual. También
se han incluido las empresas que como mínimo duplicaron su facturación entre
1994 y 1997, aunque en algún ejercicio la facturación no aumentase al menos en
un 15%. Además, las empresas gacela de dicho estudio tenían que facturar más
de 400 millones de ptas. en 1997 y tener una rentabilidad financiera mínima del
8% en 1995, del 7% en 1996 y del 6% en 1997, cifras mínimamente razonables en
esos años, teniendo en cuenta el precio del dinero. La información contable de
estas empresas se obtuvo de la base de datos SABE de Informa actualizada a 17 de
enero de 1999 que incluía los datos de 113.095 empresas españolas. De dichas
empresas se identificaron 254 que cumplían todos los criterios expuestos. El
trabajo finaliza con una propuesta integradora de las relaciones causa-efecto
entre los principales inductores que favorecen el crecimiento rentable de las
empresas.
Hipótesis que
subyacen en el cuadro de mando integral
De
acuerdo con Kaplan y Norton (1997 y 2000) la filosofía del CMI considera las
hipótesis siguientes:
· Los factores claves de éxito de una empresa se pueden agrupar en los relativos a empleados, procesos internos, clientes y finanzas.
·
Entre estos factores claves de éxito existen relaciones causa-efecto:
- Si los empleados están motivados y formados, los procesos internos funcionarán mejor. De hecho, la formación y la motivación son la base del rediseño de procesos.
- Si los procesos internos funcionan mejor, y la calidad del producto es excelente y el plazo de entrega es puntual, los clientes estarán más satisfechos.
- Si los clientes están más satisfechos tendrán una mayor fidelidad hacia la empresa y harán aumentar las ventas.
- Si aumentan las ventas, siempre que vayan acompañadas de un mantenimiento o mejora de la eficiencia, se generará más valor.
El
CMI además de informar, contribuye a formular la estrategia, comunicarla,
alinear objetivos de organización y empleados, motivar y formar a todos los
colaboradores, mejorar continuamente y rediseñar la estrategia.
Como
ejemplos de los indicadores más habituales que pueden utilizarse en un CMI
pueden citarse los siguientes, para cada una de las cuatro perspectivas. Puede
observarse que la mayoría de los indicadores relacionados con las perspectivas
de los empleados, de los procesos internos y del cliente, están relacionados
con la calidad:
·
Perspectiva de los empleados: motivación, número de sugerencias,
formación, productividad y antigüedad de los empleados.
·
Perspectiva de los procesos internos: porcentaje de ventas de nuevos
productos, tiempo preciso para desarrollar nuevos productos, plazo de producción,
plazo de entrega de pedidos, tasa de productos defectuosos y rotación de las
existencias.
·
Perspectiva del cliente: cuota de mercado, incremento de clientes,
satisfacción de los clientes y rentabilidad de los clientes.
·
Perspectiva financiera: EVA (economic value added), rentabilidad
financiera, rentabilidad de los activos, incremento de ventas, reducciones de
costes y rentabilidad por producto.
Propuesta de inductores del crecimiento rentable de
las empresas
En
este apartado se identifican posibles inductores del crecimiento rentable de las
empresas. Estos inductores se expondrán asimilándolos a factores-clave de éxito
de cada una de las cuatro perspectivas expuestas.
Recursos
humanos
Uno
de los factores-clave básicos en cualquier empresa es la formación de los
empleados. Si esta formación va acompañada de una política atractiva de
incentivos, lo más normal es que los empleados estén más implicados con los
objetivos de la organización. En el caso de las empresas gacela analizadas se
observa que son empresas que dan una mayor relevancia a la formación y a la
retribución variable de sus empleados:
·
El 16% del personal de las gacela tienen titulación universitaria,
mientras que en el conjunto de las empresas este porcentaje es del 12,5% (ESADE,
1996).
·
El 71% de las empresas gacela tienen plan de formación. El 92% de las
empresas gacela que tienen plan de formación han hecho una detección previa de
las necesidades de formación.
·
Las gacelas dedican el 2,4% de su masa salarial a formación del
personal. Este porcentaje es muy superior al 0,7% que se ha estimado para el
conjunto de empresas (Solé, 1993).
·
La estructura de las empresas gacela es algo más flexible que la del
resto de las empresas, ya que en las primeras el 71% del personal es fijo,
mientras que en las segundas el porcentaje es del 75% (Encuesta de Población
Activa de 1998).
·
En las empresas gacela hay una mayor proporción de empleados con
retribución variable que en el resto de las empresas. En las gacelas, tienen
retribución variable el 39% de los directivos, el 33% de los mandos
intermedios, el 44% del personal comercial y el 21% del resto de la plantilla.
Estos
porcentajes para el resto de las empresas son inferiores (ESADE, 1996).
Todos los inductores reseñados tienen una gran vinculación con la política de la empresa en materia de calidad.
Procesos
La
excelencia en los procesos requiere diversos ingredientes, tales como la
implicación de los empleados, la búsqueda de la calidad total, la innovación
y la flexibilidad.
En el caso de las empresas
gacela estudiadas se han identificado las siguientes diferencias en relación
con el resto de las empresas:
·
Más del 70% de las empresas gacela disponen de una certificación ISO de
la serie 9000 o están en proceso de tenerla a corto plazo. Este porcentaje es
mucho más alto que la media de las empresas, que lo tienen del 5% (Hernández y
otros, 1999, pág. 49).
·
El 24% de los empleados de las empresas gacela participan o han
participado en algún momento en círculos de calidad o equipos de mejora.
·
El 18% de las empresas usan el modelo europeo de gestión de la calidad
(EFQM).
·
El 50% de las empresas gacela tienen políticas de gestión
medioambiental, ya sean auditorías medioambientales, ISO 14.000 u otras políticas
medioambientales. En total, el porcentaje de empresas que disponen de la
certificación medioambiental ISO 14000 son el 12% de las empresas.
·
Los gastos en I+D de las empresas gacela ascienden al 2,44% lo cual es
superior al conjunto de empresas que es del 1% (Hernández y otros, 1999, pág.
48).
·
El 49% de las gacelas tienen un departamento dedicado a actividades de
investigación y desarrollo. Estos departamentos suponen el 3,2% de la plantilla
de estas empresas.
·
El 60% de las empresas gacela han diversificado productos y 64% de las
empresas gacela han diversificado mercados en los dos años.
·
También se caracterizan política comercial innovadora: el 52% de las
empresas gacela han cambiado la presentación de su producto (embalaje, diseño
gráfico, ergonomía,...) en los dos últimos años.
·
El 67% de las empresas
gacela fijan sus precios anticipándose a las decisiones de sus competidores.
·
El 25% de las empresas gacela tienen filiales comerciales en el
extranjero. Como indican Hernández y otros (1999, pág. 45) este dato ilustra
su carácter abierto ya que normalmente el proceso de internacionalización
pasa por cuatro etapas: producción y venta sólo en el mercado de
origen, exportaciones mediante agentes o representantes, creación de filiales
comerciales en el extranjero y apertura de unidades de fabricación en otros países.
·
El 13% de las gacelas tienen instalaciones productivas en el exterior.
·
Las empresas gacelas son empresas más automatizadas que sus competidoras
ya que el 45% tienen un nivel de automatización superior que sus competidoras.
En cambio, sólo el 5% tiene un nivel de automatización inferior que sus
competidores.
·
Las empresas gacelas
subcontratan el 26% de su producción,
mientras que en resto de empresas este porcentaje es del 23% (ESADE, 1996).
Al
igual que se ha puesto de manifiesto con la perspectiva de los empleados, estos
inductores también tienen una gran
vinculación con la política de calidad de la empresa.
Clientes
Las
características anteriores debieran revertir en una mayor satisfacción de los
clientes y, en definitiva, en unas mayores ventas. En las empresas gacela
estudiadas se ha identificado que:
·
El 1,07% de las ventas de las empresas gacela vienen devueltas. Este
porcentaje es inferior al del conjunto de las empresas (ESADE, 1996).
·
El 35% de las ventas procede de productos nuevos. Este dato para la media
de empresas españolas según el INE (1996) es del 13%.
·
El peso de las exportaciones es importante ya que asciende al 30% sobre
ventas.
·
El 85% de las gacelas evalúan la satsifacción del cliente. Este
porcentaje es mucho más elevado que la media de las empresas, que lo tienen del
53% (ESADE, 1996). Este dato debería complementarse con datos sobre la
satisfacción de los clientes de las empresas gacela para compararlos con los
del resto de empresas.
Por
tanto, si los inductores relacionados con las perspectivas de empleados y de
procesos internos funcionan correctamente, los resultados de la política de la
empresa en materia de calidad han de generar mejoras en lo que se refiere a cómo
perciben los clientes a la empresa.
Finanzas
Finalmente,
todas las mejoras expuestas deberían generar reducciones de activos (gracias a
la mejor utilización de los mismos), y un incremento de los beneficios (gracias
al incremento de las ventas y a la reducción de los gastos), lo cual
debe plasmarse en incrementos de la riqueza generada. Las empresas gacela
estudiadas tiene resultados patrimoniales, económicos y financieros mucho más
favorables que los del resto de empresas:
·
Son mucho más eficientes en gastos, sobretodo en los gastos de personal.
A modo de ejemplo, se puede indicar que las empresas gacela estudiadas tenían
unos gastos de personal que representaban el 13% de los ingresos. En cambio, en
las empresas tortuga que son la que reducen sus ventas sistemáticamente, este
porcentaje es del 22%. Finalmente, en las empresas estudiadas que no son ni
gacela ni tortuga, es decir las empresas normales, el porcentaje es del 14%.
·
Tienen unos beneficios muy superiores. Por ejemplo, el beneficio sobre
ventas de las gacelas es del 10%, mientras que en las tortugas es del 4,9% y en
las normales del 8,3%.
·
Son mucho más eficientes en el uso de los activos. Por tanto, consiguen
una mayor facturación y beneficios con una
menor proporción de activos. Como muestra se puede indicar que el ratio
de rotación de los activos, es del 1,49 en las gacelas, 1,088 en las normales y
de 1,02 en las tortugas.
·
Como consecuencia de lo anterior obtienen un mayor rendimiento de los
activos, que acompañado de un mayor apalancamiento en el uso de deuda, permite
que la rentabilidad de los capitales propios sea muy superior. En el caso de las
gacelas el rendimiento es del 14,8% anual, mientras que en las tortugas es del
4,7% y en las normales del 7,4%. Por otro lado, el ratio de apalancamiento[2]
es muy superior en las gacelas (2,406) que
en las tortugas (1,236) y que en las normales (1,811). Como consecuencia de lo
anterior, la rentabilidad de los capitales propios es muy superior en las
empresas gacela (26%), mientras que en las tortugas es del 4% y en las normales
del 9,9%.
·
Tienden a reinvertir más los beneficios generados lo que permite
trabajar con una mayor solvencia
patrimonial y financiera. Las gacelas estudiadas financian el 63% de las
inversiones nuevas con recursos propios. Además, las gacelas tienen una mayor
autofinanciación, o sea flujo de caja menos dividendos, sobre las ventas. En
las gacelas la autofinanciación sobre ventas es del 0,101, mientras que en las
tortugas es del 0,046 y en las normales del 0,083.
·
Todas estas características pueden explican que las empresas gacela
tengan una mayor capacidad de crecimiento autosostenido y una mayor generación
de valor. Las gacelas pueden aumentar mucho más las ventas sin necesidad de
ampliar el capital. En las empresas analizadas, las gacelas pueden aumentar las
ventas de forma autosostenida en un 34,68%. En cambio, en las tortugas este
porcentaje es del 2,99% y en las normales del 10,10%. En consecuencia, las
gacelas pueden crecer mucho más sin necesidad de pedir nuevas aportaciones de
capital a sus accionistas.
Los
factores-clave expuestos de cada una de las cuatro perspectivas pueden
integrarse en un CMI como el que se acompaña en la figura 2, en la misma, se
ponen de manifiesto la propuesta de relaciones causa-efecto entre los diversos
factores-clave.
A
medida que se dispone de datos relativos a cada una de los factores-clave se
puede comprobar el comportamiento de cada una de ellos en función de los demás,
lo que permite resaltar los que son decisivos para que la organización alcance
sus objetivos. Dada la influencia de los temas relacionados con la calidad en
las perspectivas de empleados, procesos internos y clientes, cualquier empresa
que quiera potenciar sus resultados financieros debe apostar por la búsqueda
activa de la calidad total.
Conclusiones
El
objetivo de este trabajo ha sido reflexionar sobre algunos de los posibles
inductores del crecimiento rentable de las empresas
y sus relaciones con la calidad total. Por ello, siguiendo las
perspectivas del cuadro de mando integral, se han propuesto diversas hipótesis
acerca de los posibles inductores que favorecen el crecimiento rentable de las
empresas. La formulación de las
hipótesis se ha basado en un estudio realizado sobre las empresas gacela
catalanas.
Estas
hipótesis se resumen en las siguientes:
Figura 2
Propuesta de hipótesis sobre los inductores de las empresas que crecen
·
Los primeros factores-clave están relacionados con el factor humano y se
propone que la apuesta por la formación y los incentivos pueden contribuir a
una mayor implicación del personal.
·
Esta mayor implicación del personal puede favorecer una mayor eficiencia
en costes y activos, una apuesta por la calidad total, una mayor innovación y
orientación al cliente. Lo anterior puede repercutir en una mayor diversificación
e internacionalización. Todo ello debería repercutir en una mejora continuada
de los procesos empresariales.
·
La mejora en los procesos que se puede desprender de lo anterior debería
revertir en unos clientes más satisfechos, que podrían ser los inductores de
unas mayores ventas.
·
Finalmente, las ventas superiores deberían generar unos mayores
beneficios y rendimientos, que acompañados del apalancamiento deberían
permitir obtener elevados niveles de rentabilidad. Estos, junto con unos niveles
adecuados de solvencia explicarían la mayor capacidad de crecimiento y la mayor
generación de valor de las empresas gacela.
De todo ello, se desprende que existe una gran vinculación entre la mayoría de inductores del crecimiento empresarial, en las perspectivas de empleados, procesos internos y clientes, y la política de la empresa en materia de calidad. Por tanto, la consecución de objetivos de tipo financiero y el crecimiento empresarial dependerán en gran medida de los resultados obtenidos en materia de calidad.
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[1]
Como muestra se puede mencionar el caso del Ayuntamiento de Barcelona o el
de la Universitat Pompeu Fabra (ver www.upf.es/Conocer/La
vida en la Universidad). En esta página web se facilitan los principales
indicadores del CMI de esta institución.
[2] El ratio de apalancamiento se ha calculado multiplicando dos ratios: BAI / BAII y Activo / Capitales propios. En principio, la deuda es rentable para la empresa cuando el producto de los dos ratios es superior a 1. Este ratio sólo indica si la deuda aumenta la rentabilidad de los capitales propios y, por tanto, no aporta información sobre si la empresa tiene mucha o poca deuda, o si la podrá devolver.