COMO
APLICAR UN
MODELO LIFO
A LA CONTABILIDAD
DE GESTION
Luis
Carrascoso Mendizabal
(Diario
Cinco Días: 14 de Septiembre de 1995)
Entre los temas que
actualmente se están discutiendo en nuestro país por razones fiscales -en
tanto puede suponer un gran cambio en la recaudación de Hacienda por el
impuesto de sociedades- figura el de la posible implantación del sistema LIFO
en la valoración de las existencias. Esta implantación supondría
variaciones en las Cuentas anuales de las empresas, concretamente en cuanto al
contenido del Balance y de la Cuenta de Resultados en un período de costes
crecientes como el que vivimos. Vamos a tratar de explicar en las siguientes líneas
las implicaciones de la utilización del sistema LIFO (última entrada, primera
salida) desde una perspectiva integral, es decir, desde el punto de vista tanto
de la Contabilidad Financiera como de la Contabilidad de Gestión.
El sistema LIFO va a suponer, por lo menos en sus primeros años de
aplicación, un ahorro o diferimiento externo de pago para los empresarios
-según la prensa, de cientos de millones de pesetas- a la hora de declarar sus
impuestos, ya que afluirán a la Cuenta de Resultados aquellos costes más
elevados y quedarán en el Balance como existencias las mercancías de costes más
bajos.
En la Cuenta de Resultados se imputarán, por tanto, como costes de
venta, aquellos costes más recientes, y ello es casi correcto, pues de esta
manera se recupera el coste más cercano al de reposición reduciendo los
beneficios y yendo así acorde con el "principio de empresa en funcionamiento"
que aconsejan los principios contables generalmente aceptados y en contra del
precio medio del coste u otro similar.
Por otra parte, a nivel externo o fiscal, el LIFO es un sistema que
principalmente reduce o difiere los impuestos sobre beneficio en los tiempo
inflacionarios, si bien no es un instrumento correcto desde el punto de vista de
la Contabilidad de gestión, la cual debe intentar siempre reflejar el beneficio
operacional, en el cual se insertan de forma natural los cambios en los niveles
de precios, tanto de venta como de compra.
Sin embargo el LIFO en sus informaciones asume todo tipo de pérdidas y
ganancias atribuibles al mercado en sí mismo, dando por buena una estabilidad
en los precios que, casi siempre es inexistente, presumiendo así un modelo de
sistema comercial y económico que en realidad no existe.
No obstante, el aspecto fiscal reforzó la progresión creciente en las
apetencias por el sistema LIFO en países que, como USA, está permitiendo su
uso, y ello se debe a la visión de corto plazo que lógicamente tienen los
contribuyentes.
Por todo esto, el LIFO no satisface las necesidades de una buena
Contabilidad de gestión, que debe centrar sus trabajos en conseguir una
información contable válida para la toma de decisiones.
En todo caso, el sistema LIFO tiene una influencia positiva en cuanto a
que enfrenta unos costes más actuales con los ingresos actuales, cumpliendo así,
con el citado principio de empresa en funcionamiento, y también positiva en
cuanto a su dimensión fiscal, por el ahorro correspondiente. Sin embargo, su
influencia es negativa en las cifras que aparecen en el Balance de Situación,
ya que se produce una distorsión en cuanto a la valoración de existencias,
no a precio de reposición, sino con unos costes antiguos, más bajos; así,
el valor de las existencias no se ajusta al que deberían constar en
balance, pues no hay que olvidar que el valor monetario de cualquier activo
productivo de un balance debería ser igual al valor actual -o descontado-
de los ingresos futuros que se esperan por su utilización. Todos los demás
criterios (precio de reposición, coste de compra, etc.), son secundarios,
al hablar de un buen concepto del poder de creación de beneficios de las existencias.
Así las cosas, las citadas ventajas fiscales que implica el sistema LIFO
en épocas inflacionarias hizo que, por ejemplo en USA, muchas empresas
se acogieran a él cuando se implantó, a pesar de la influencia negativa
que tuvo en la forma de presentar los balances.
Para
salvar esta dicotomía los americanos pensaron como se podría salvar una
situación que no complacía a nadie en la gestión empresarial, continuando
con el principio del sistema LIFO (al que se adherirán crecientemente los
empresarios) y al mismo tiempo dar los pasos necesarios para que el balance
representase también los precios en curso. Veamos un ejemplo concreto al
respecto.
Supongamos un Balance como el siguiente:
ACTIVO |
Inmovilizado
1.000
Menos
amortización acumulada
(500)
500 Cuentas
a cobrar
100 Tesorería
300 Existencias
(valoradas con LIFO)
400
Exc.
coste actual y real sobre LIFO
130
530 (270 menos Impuesto sobre beneficios) |
1.430 |
PASIVO |
Capital
200
Incremento
de coste de existencias (1)
130
Remanente
500
Cuentas
a pagar
600
|
1.430 |
(1) Reserva para
prevenir la disminución de cobertura de capital por aumento de las existencias.
Las existencias, tal como aparecen en Balance, están valoradas con el
criterio LIFO, lo cual significa 200 u.m. menos que valoradas a coste real. Para
que este balance refleje una situación correcta hay que ajustar las existencias
al coste real de mercado, previa la deducción del impuesto de beneficios (70
u.m.) que conlleva valorar a LIFO. Como contrapartida compensadora, se acredita
en el pasivo la cuenta de Reserva para evitar la disminución de cobertura de
capital.
De esta forma se vuelve a armonizar el contenido del Balance (Valores
actuales de ingresos esperados), y el de la cuenta de Resultados desde el punto
de vista de la comparación de ingresos con costes actuales.
Quiza en este sistema el único problema que se puede encontrar en cuanto
al logro de la mencionada armonización es que aparecen resultados en el balance
que no son debidos estrictamente a la aplicación del LIFO y que desvirtúan
la utilización pura de este sistema.
Este problema fue debatido en Estados Unidos, y todo ello depende en
definitiva, de como se regule en España la implantación del LIFO y que
holguras permita la Administración para el cálculo de beneficios.
En definitiva, las ventajas que se atribuyen al sistema LIFO se pueden
resumir de la siguiente forma:
1) El consumo de
materiales es realista al tener en cuentas los últimos precios.
2) En las industrias
sujetas a grandes fluctuaciones de precios de las primeras materias, este método
hace minimizar las ganancias y pérdidas de los inventarios no vendidos y tiende
a estabilizar los informes en cuanto a los resultados de explotación, al
incluir los costes más crecientes en la cuenta de resultados.
3) En período de
precios crecientes, este método reduce los beneficios, provocando un ahorro
en los impuestos.
Naturalmente, existirán problemas a la hora de valorar las devoluciones
a los proveedores y las devoluciones de material de fábrica a los almacenes, y
existirá el mismo problema mecánico al llevar más de dos o tres lotes de
compra en las fichas de materiales, con diferentes costes de adquisición.
Es preciso señalar además, que cuando el stock más antiguo es el que
primero sale, lo cual es la tendencia en la mayor parte de las industrias, el
sistema LIFO supone asignar el coste más creciente al stock más antiguo. De
esta forma el sistema LIFO puede ser un instrumento para estabilizar
artificialmente el coste de los materiales que en realidad no es estable.
En resumen, de todo lo
expuesto, se infiere que así como en una Contabilidad financiera se debe
perseguir la exactitud como objetivo principal, cuando se trata cualquier tema
desde el punto de vista de la Contabilidad de gestión, la óptica cambia
completamente, ya que en ésta prevalecen las premisas de distintos resultados
para distintos propósitos, y distintos costes para distintos propósitos.
En el caso que nos ocupa hemos querido exponer algunas de estas distintas
ópticas, pues el usuario deberá considerar en la implantación del sistema
LIFO la flexibilidad de la Contabilidad de gestión y las distintas ópticas
que se deben enfocar, de acuerdo con los objetivos perseguidos, tratando con
mucho cuidado la separación entre la información contable externa o fiscal, y
la información contable para uso interno y de gestión.