LOS
COSTES CONJUNTOS
Y COMUNES
EN LA
EMPRESA
Jose
Luis Iglesias Sánchez
(Diario
Cinco Días: 30 de Mayo de 1995)
Una buena parte de las empresas, tanto industriales como de servicios, se
encuentran con la problemática de cómo distribuir sus costes conjuntos o sus
costes comunes. Conviene recordar, en primer lugar, que los costes conjuntos son
aquellos en los que incurre la empresa al obtener de forma simultanea más de un
producto, o al adquirir por medio de una misma operación de compra, materias
primas de calidades diferentes. Este tipo de escenarios productivos se da
porque a la empresa le resulta más barato producir los productos o comprar las
materias primas conjuntamente.
Las economías que obtiene la empresa en los procesos de producción
conjunta de una serie de productos se las denomina "economías de
alcance".
Los costes comunes, por su parte, se dan en aquellos escenarios
productivos en los que los productos individuales utilizan recursos comunes o en
los que determinados servicios se prestan a dos o mas usuarios. En este sentido,
la utilización de los mismos recursos productivos por una amplia variedad de
productos, o la contratación global de servicios para diferentes centros de
actividad, se realiza con la finalidad de conseguir ahorro de costes, es decir
obtener "economías de escala".
Dado que muchos centros de coste a los que se le asignan los costes
comunes, son normalmente centros de beneficios, o centros de responsabilidad, el
proceso de asignación está sujeto a una intensa discusión y negociación
entre los diferentes responsables, con la finalidad de llegar a los llamados
"acuerdos satisfactorios".
Mientras que la asignación de los costes conjuntos centra su atención
en los productos con la finalidad de obtener eficiencias productivas, la
asignación de los costes comunes centra su atención en los usuarios
potenciales, que se benefician de la provisión común de los productos o
servicios.
Ejemplos de empresas con costes conjuntos.
Como ejemplos de costes conjuntos, concretamente en la adquisición de
materias primas, podemos hacer referencia a la adquisición de productos del mar
(pesca), ya que se obtienen de la misma especie unidades de diferentes tamaños.
El coste de la captura hay que asignarlo a las diferentes especies, y dentro de
cada especie a los diferentes tamaños, dado que es necesario enfrentar a las
unidades vendidas los costes y valorar las unidades capturadas y almacenadas,
a efectos de determinar la situación patrimonial de la empresa.
Podemos tomar asimismo la industria conservera como un ejemplo en donde
se dan costes conjuntos en la adquisición de materias primas. En las conservas
vegetales, cuando se compra una determinada cantidad de espárrago, en el lote
vienen tamaños diferentes, que al ser procesados se obtienen también productos
de calidades diferentes, El coste medio al que se adquirió el kilo del lote no
puede asignarse de forma igual a todos los productos obtenidos, por cuanto se
llegaría al absurdo de asignar un coste de materia prima a algún producto,
cuyo precio de venta no lo llegaría a cubrir. Lo mismo ocurre en las conservas
de pescado (con el mejillón, etc.).
También se originan costes conjuntos en la adquisición de materias
primas cuando la empresa, con la finalidad de ahorrar costes, acude a una
subasta pública para adquirir un lote de materias primas iguales a las que
habitualmente viene adquiriendo a sus proveedores habituales. Esta operación se
suele realizar cuando se presenta la oportunidad de compra con la finalidad de
ahorrar costes. En estos casos la empresa se enfrenta con el problema de como
asignar el coste conjunto entre los diferentes tipos de materias primas
adquirido.
Por otra parte, cuando la dirección de la empresa incurre en la
contratación global de servicios (administrativos, informáticos, seguros,
limpieza, etc.), en lugar de dejar que los centros de actividad contraten dichos
servicios por separado, lo hace con el convencimiento de que la adquisición
global es más barata, es decir busca ahorros de coste. Una vez realizada la
contratación global, como los servicios benefician a muchos centros, es
necesario asignar el coste global entre los centros que se benefician de los
servicios. La asignación de estos costes comunes debe de efectuarse de forma
que los costes asignados no sean superiores a los costes en los que incurrirían
los responsables de los centros de tener plena libertad de contratación.
En la Figura 1 se presenta un proceso de producción conjunta, con la finalidad de definir los costes conjuntos, el punto de separación y los costes específicos, propios o separables.
El punto de separación se corresponde con aquél momento en el que los
productos principales y/o los subproductos pueden comenzar a identificarse.
Cualquier coste de producción en el que se incurra, a partir de dicho
punto, se suele denominar coste separable o coste específico.
Los productos que se obtienen en el punto de separación tienen distinta
importancia para la empresa; así, es conveniente diferenciar los productos
principales del resto de la producción.
Los "productos principales" son fundamentales para la
viabilidad comercial de una empresa, mientras que los "subproductos"
son generalmente complementarios. En
otras palabras, ante un problema de decisión, consistente en producir o no
los productos principales, los subproductos no influirán normalmente en dicha
decisión.
Asignación de los costes conjuntos y de los costes comunes
Entre los modelos de asignación de costes más frecuentes cabe citar: a)
Los que asignan los costes conjuntos entre todos los productos utilizando una
medida física. b) Los que asignan los costes del proceso conjunto entre los
productos tomando como base su "capacidad de absorción". c) Los que
asignan el coste teniendo en cuenta el criterio de equidad. Este método puede
ser aplicado a empresas de servicio público, cuando el efecto económico es
importante. d) No asignando el coste del proceso conjunto; en este caso se
valoran los productos obtenidos utilizando los precios de venta existentes en el
mercado para cada producto.
Una primera razón
para asignar los costes conjuntos y comunes entre los centros que se benefician
de los servicios que los originan, es que su asignación puede contribuir a su
reducción.
La segunda razón para
asignar los costes conjuntos y comunes reside en la necesidad de determinar el
coste de los productos a efectos de valorar las existencias, tal como disponen
los principios de contabilidad generalmente aceptados.
La tercera razón para
asignar los costes comunes es la necesidad de un control.
Un estudio de detallado de la problemática y métodos de asignación de costes conjuntos y comunes lo constituye el Documento nº 8 de la Comisión de Contabilidad de Gestión de AECA, titulado precisamente "Los costes conjuntos y comunes en la empresa", en el que se pasa revista a las distintas alternativas a este respecto, con las consiguientes recomendaciones, en cada caso, respecto a las opciones que pueden resultar más claras y ventajosas para los distintos tipos de empresas.